19.3.11

La toronja

Cuando elegimos una fruta para pintarla, sentimos la inercia de recurrir a la más pintoresca, es decir, nos dejamos llevar por la fruta más popular y la que mejor ha sido pintada en la Historia del Arte, como los limones de Zurbarán, las naranjas de Julio Romero de Torres, las manzanas de Cezanne, o los membrillos de Antonio López.

Las frutas redondas son en sí mismas una solución para el argumento del cuadro, por el vigor del círculo y porque sólo la fruta bien pintada ya es un cuadro. Una fruta es un fragmento pictórico con autonomía, un motivo con significado propio irresistible en nuestra composición.

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El gran golpe del leñador mágico, de Richard Dadd




Las habichuelas mágicas, ilustración de Goble Warwick .



Espiru y Fantasio en El prisionero de los 7 budas, por Franquin.


Pero existe otra forma de acudir pictóricamente a la fruta: cuando ésta supera la escala acostumbrada y se nos presenta mucho más grande que la que tenemos en nuestro imaginario. Entonces acuden a nosotros múltiples asociaciones de vegetación mágica, como el jardín fantástico de La Hija de Rapaccini, escrito por Hawthorne y convertido en pieza teatral por Octavio Paz; el cuento Las habichuelas mágicas de Andersen, o innumerables ejemplos de surrealismo vegetal en el cómic, los dibujos animados y el cine.




Toronjo, en El Palacio Episcopal de Córdoba

En cualquiera de nuestros paseos por un jardín también podemos encontrar anormalidad vegetal. En El Palacio Episcopal de Córdoba hay un toronjo, árbol parecido al limonero procedente del lejano oriente y traído a España por los árabes, cuya fruta es la toronja, que supera hasta cuatro veces el tamaño de un limón. Sorprende la desproporción entre esta gran fruta y las ramas que la soportan. Quizá sólo sea el contexto del árbol, en una ciudad de naranjos, más pequeños que el toronjo. Pero esquivando el pensamiento racional y la procedencia exótica de este árbol, es fácil imaginar que existe alguna razón oculta en la biología de este gran cítrico, quizá la química caprichosa del aire, del suelo; o alguna explicación sobrenatural sólo entendible en La vida secreta de las plantas, terreno, nunca mejor dicho, del arte y de la fantasía..
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Lectura recomendada: Agricultura andalusí.